sábado, 9 de enero de 2010

Ministerio del Tiempo


La vida es corta, limitada. Por tanto, cada momento de nuestra existencia es único e irrepetible. El tiempo es el recurso mas valioso que tenemos y es, por desgracia, irrecuperable.

Sin embargo en nuestra vida nos encontramos con multitud de microtareas en las que por una cosa u otra acabamos perdiendo tiempo. Tiempo es sinónimo de calidad de vida, por lo que estas pérdidas de tiempo no son otra que pérdida en nuestra calidad de vida.

Y al final todo esto repercute en nuestra salud, en forma de enfermedades relacionadas con nuestra forma de gestionar el tiempo, como la ansiedad y el estrés, generados por una sensación de falta de tiempo.

Si el tiempo es tan importante entonces, ¿por qué malgastarlo? Si el tiempo es limitado, si su mal uso genera pérdida de calidad de vida, ¿por qué no crear un ministerio del tiempo para combatir estas pérdidas y esos sufrimientos? Al fin y al cabo, ¿no es invertir en calidad de vida?

No sería algo novedoso, salvo quizás por el nombre, pues muchas de sus funciones ya recaen actualmente en otras secciones o ministerios. Pero centralizar todo en un ministerio supondría focalizar y combatir el problema de forma mucho más eficaz.

Las funciones de este ministerio podrían ser, por un lado, tratar de reducir todo lo posible las pérdidas de tiempo. Dicho de otra forma, se ocuparia de hacer máximo nuestro tiempo de ocio.

En primer lugar empezando por todas aquellas pérdidas provocadas por el propio Estado. La más evidente es la administración. ¿Quién no ha perdido horas y horas en ir a hacer gestiones y ha tenido que sufrir colas insoportables? Más dinero y más personal. E incluso también facilitando las gestiones por internet.

Pero otras veces es de forma indirecta o por pasividad por lo que sufrimos verdaderas pérdidas de tiempo. El tráfico es quizás el ejemplo más evidente. Con unas carreteras con menos atascos, con un tráfico más fluido ganaríamos todos.

Pero también a través de medidas que hagan de nuestro tiempo de trabajo lo más corto y soportable posible. Con jornadas flexibles de manera que fuera el propio trabajador el que fijara su jornada laboral todos podríamos disfrutar mucho más.

La otra funcion del ministerio sería la de facilitar que nuestro tiempo de ocio fuera lo más placentero posible. ¿De que serviría maximizar nuestro tiempo de ocio si no pudieramos disfrutarlo?

Por tanto el ministerio debería facilitar el acceso a aquello que pueda facilitar disfrute y distracción, en especial a aquellas personas, que por circunstancias economicas no puedan acceder en condiciones normales al ocio.

En definitiva un ministerio del tiempo que procurara más y mejor ocio a toda la población generaría unos beneficios incalculables a toda la sociedad y económicamente repercutiría de forma positiva (menos enfermedades, menos depresiones, más puntualidad, más productividad, …) a la vez que mejoraría la calidad de vida.

2 comentarios:

  1. Apoyo la propuesta. El tiempo es oro, y no lo digo como recurso fácil de refranero, sino convencido de que no lo valoramos adecuadamente.

    Cada vez que me planteo comprar algo pienso primero ¿voy a tener tiempo para sacarle provecho? la mayoría de las veces la respuesta es negativa y con ello ahorro realmente mucho dinero. Pese a que me gusta la fotografía y tengo bastantes conocimientos de retoque, no tengo una cámara reflex porque estoy seguro de no tener tiempo suficiente para sacarle partido. Me encantan las motos, pero no tengo una moto por lo mismo. Y así podría enumerar infinidad de ejemplos.

    Dejemos de comprar "trastos" y, además de no gastar dinero tontamente, recuperaremos tiempo (para leer, para estar con la familia, para charlar con los amigos, para pasear, para pensar, estudiar, reflexionar, vivir, ...).

    Saludos desde la montaña alicantina.

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  2. La pérdida de tiempo que sufrimos en la administración es irrelevante en la vida de la mayoría de las personas. Estaría bien que la administración fuera más eficiente, pero eso no nos va a ayudar sustancialmente a mejorar nuestra calidad de vida.

    Flexibilizar horarios está bien hasta cierto punto. En muchos trabajos no tiene sentido empezar a trabajar a las 3 de la mañana, porque a esa hora están todos sobando. En otros, existe un horario de atención al público. Quizás puedas llegar una hora antes (evitando el tráfico) o después (para llevar los niños al cole), pero es un margen pequeño.

    Más interesante me parece la jornada contínua. Evitar dos trayectos diarios sí influye en gran medida. En el tiempo perdido y en el combustible quemado. Y en los riesgos de accidente.

    En cuanto al tráfico, ya se está solucionando, aunque sin que nadie haga nada. Los que se agobian con el tráfico y el aparcamiento, acaban comprando una scooter. Los centros comerciales en los extrarradios permiten hacer la mayoría de compras sin tener que meterse en el centro de la ciudad, generalmente poco preparado para el tráfico intenso. Los edificios de la administración se colocan cada vez más separados, para evitar congestiones. Nuestra ciudad, poco a poco, evoluciona hacia un sistema orientado al coche. Apenas se construyen edificios sin plazas de aparcamiento. El día que no podamos seguir usando el coche, nos encontraremos una ciudad hostil para el peatón y habrá que empezar de nuevo.

    Por cierto, disponer de tiempo no es garantía de calidad de vida. Si te sobra mucho tiempo y te falta dinero (o simplemente te gustaría ganar más), te buscas otro trabajo a tiempo parcial, y te vuelves a quedar sin tiempo.
    Recuerdo un cuento de philip k dick o asimov, no recuerdo bien, de un escritor que odiaba perder tanto tiempo en la parada del autobús, y decía a su editor que no tenía suficiente tiempo para escribir y por eso no cumplía los plazos. Un diablillo con buenas intenciones le concedió el deseo de no perder nunca el tiempo. Al principio el hombre fue feliz, pero al cabo de un tiempo se le acabaron las ideas para escribir, porque era precisamente el enfado por perder el tiempo lo que le hacía ser creativo.
    Ese tiempo que necesitamos todos para reflexionar de vez en cuando, si fuera por nosotros no nos lo tomaríamos nunca.

    Estoy de acuerdo en que la administración y el horario laboral sean más eficientes, pero no pensemos que eso nos hará más felices. (Si acaso más competitivos).

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