Recuerdo cuando hace unos años a los jovenes españoles se les apodaba la generacion JASP - Joven Aunque Sobradamente Preparado. Denotaba positivismo. Era un apelativo cariñoso que venía a valorar el esfuerzo que toda una generacion de personas había hecho para lograr lo que no habían hecho sus padres, conseguir una carrera y así aspirar a un nivel de vida igual o superior a la de sus padres.
Durante finales de los 90 y principios del nuevo siglo esta generacion entró en el mercado laboral y sus aspiraciones, en cierto modo, se cumplieron. Cierto es que era un logro artificial. Los jovenes trabajaban, en trabajos poco remunerados, pero al menos, de forma generalizada lo hacían. Y poco a poco iban consiguiendo emanciparse. Muy a duras penas, pues tenían que endeudarse hasta las cejas, pero al menos conseguían lo mismo que sus padres.
Y lo hacían en trabajos, que ni mucho menos les permitían realizarse, pues ocupaban puestos que no requerían tantisima cualificacion, pero al menos les permitía iniciar un plan de vida.