Juan acababa de soplar las velas. Treinta niños estaban esperando a que la mamá de Juan cortara la tarta, cuando llamaron a la puerta. Los niños se impacientaban, tenían hambre, la tarta tenía una pinta estupenda y la mamá de Juan tardaba demasiado.

Antes de que pudiera castigarle, otro niño, siguiendo el ejemplo de Alberto cogió otro trozo, pero más grande. Los demás, entre divertidos por la travesura y temerosos de quedarse sin su trozo, se abalanzaron todos a la vez sobre la tarta.
No quedó nada. Algunos se quedaron sin comer y la pagaron a puñetazos con los que sí habían comido. Juan tampoco pudo probar su tarta.
Todavía lloraba cuando llegó su mamá, que no pudo hacer gran cosa para arreglar la fiesta y los echó a todos a la calle.
Ahora la reflexión: ¿De quién es la culpa?
Primero, la falta de experiencia y madurez de estos niños les impide encontrar una solución más civilizada. Segundo, no había ninguna autoridad que impusiera orden cuando las cosas se empezaron a desmadrar; para cuando se dio cuenta de lo que ocurría, ya era tarde. Al final resulta que la culpa no es de nadie, o todos fueron culpables, y quien tenía más responsabilidad, el adulto, tampoco tiene quien le castigue.
Yo quisiera poder desplazarme en transporte público, pero mientras exista el transporte privado como lo conocemos, el público no es viable. Quisiera usar tecnologías limpias y renovables, pero la lógica del beneficio a corto plazo me pone más baratas las sucias y contaminantes.
Quisiera vivir dignamente con un solo trabajo, o con dos medios trabajos, pero en las demás familias tienen dos y tres nominas, blancas, negras y grises, entonces los precios se ajustan y si no trabajo lo mismo o más, luego no me alcanza para lo básico.

Todos tenemos culpa de esta situación, pero la culpa está tan repartida que no nos sentimos culpables. Queremos culpar al gobierno, pero no sabemos cómo castigarle. El PPSOE sigue mandando, pese a todo.
Si se restaurara el impuesto a la propiedad, se impusiera un IVA más alto a los artículos de lujo, se luchara contra el fraude fiscal, si todos los ricos (los que más se beneficiaron de la burbuja inmobiliaria) dejaran de evadir los impuestos; si luego el Estado utilizara estos recursos para impulsar la economía productiva en lugar de proteger a los amigos banqueros...
...no serían necesarios todos estos recortes, no sería necesario que los trabajadores se bajen el sueldo, o las condiciones laborales, (o los pantalones).
No sería necesaria la huelga.
Articulo de colaboracion de Abraham J. Palma
Acabas de mencionar la definición de democracia, la de un pueblo verdaderamente interviniendo en los asuntos de estado y no solamente interviniendo una vez cada cuatro años para que parezca que te escuchan. Mi padre siempre dice que tenemos el gobierno que nos merecemos, y cada día que pasa le doy más la razón ¿he mencionado cuánto me gustan los políticos?
ResponderEliminarLa democracia ni existe ni ha existido nunca. Es inviable, un invento de los poderosos para tener a las masas 'calladas'. Sin embargo, aquellos que se han dado y se dan cuenta de esta mentira prefieren morderse la lengua y mirar para otro lado porque es más fácil y evita la exclusión social. En resumen, ni el sistema ni el mercado funcionan y no se podrán reinventar mientras predomine el individualismo.
ResponderEliminarLa democracia no creo que sea algo negativo. Pero si algo manifiestamente mejorable. Supongo que por democracia entiendes una democracia más profunda, mas participativa. Algo como la Democracia directa.
ResponderEliminarPara mi la democracia directa es lo más parecido a la autentica democracia y es un sistema posible, que solo necesita ser testado para ver sus resultados.
saludos y gracias por comentar
La intención de la democracia no es negativa en absoluto. De hecho, si fuera ciertamente viable sería una buena forma de gobernar. Lo que quería decir, y que igual no he sabido explicar, es que la naturaleza del 'hombre' no hace posible la existencia de la democracia y, por tanto, hay que buscar otras formas más acordes al ser humano. Es una cuestión bastante complicada.
ResponderEliminarYo a tanto como la democracia directa no llego, pero lo que está claro es que con el modelo actual que nos están vendiendo (vosotros quedáos quietecitos mientras hacemos nuestros tejemanejes, que ya os preguntaremos dentro de cuatro años) no vamos a ninguna parte. Desde luego, un ejemplo de democracia nos lo están dando los franceses con sus movilizaciones. Tengo la sensación de que el siguiente gobierno que venga detrás del de Sarkozy se va a tener que tragar un marrón tras otro, teniendo en cuenta el rastro que el caballerete va dejando.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar