jueves, 10 de febrero de 2011

¿Deuda pública sí o deuda pública no?

Esta semana hemos empezado con la noticia económica de la autorización a la Comunidad de Cataluña por parte del Gobierno Central de emitir deuda pública con vistas a pagar los intereses de anteriores emisiones de bonos de dicha comunidad.

Es curioso cómo cambian los acontecimientos en apenas dos semanas. Entonces se estaba hablando de limitar el déficit de las autonomías, de implantar medidas de austeridad para el gasto autonómico que en palabras del gobierno "había sido desmesurado" y que estaban planteando medidas de control por parte del gobierno central para frenar el gasto autonómico como parte de las medidas económicas que la comunidad internacional estaba exigiendo. Hemos estado apretándonos el cinturón porque el fantasma de Irlanda y Grecia parecía estar sobrevolándonos y hacía que nuestra deuda pública fuera más cara. Y ahora esto. Y claro, como a las restantes comunidades les habían estado apretando las tuercas ya tenemos el motín, y el gobierno central ha tenido que soltar la mano.


Ésta es una de las consecuencias más directas de las últimas políticas económicas que los últimos gobiernos (no voy a decir de qué partido porque ambos se han comportado igual) consistente en reducir los impuestos, reducir el déficit público (y en consecuencia, las prestaciones sociales) y compensar la balanza con la emisión de deuda pública. Cuando el tema económico funciona este sistema no presenta fallos, pero cuando en los mercados internacionales la deuda pública de nuestro país (o comunidad autónoma, me da igual) es puesta en duda, sea cierta o no esta duda, dicho sistema hace aguas por todas partes. Porque lo que yo veo claro es que si la deuda de nuestro país está puesta en duda, la de una comunidad autónoma ni te cuento. Si al final consigue colocar correctamente su deuda el tiempo lo dirá, pero personalmente lo veo complicado.

Sin embargo lo más preocupante de todo esto no es que se haya autorizado a emitir más deuda pública, sino el motivo por el cuál se ha autorizado: para pagar los intereses de la anterior deuda pública. O sea, que la generalitat necesita endeudarse más para pagar los intereses de la deuda anterior. No sé, pero a mí me recuerda terriblemente a los fraudes piramidales, cuando se utilizaban los ingresos de los nuevos para pagar los intereses de los que ya estaban ahí. Se dice que el estado siempre paga sus deudas, pero eso es siempre cierto hasta que se deja de pagarlas. Este tipo de politica ya es inquietante cuando se trata de negocios privados, pero cuando un organismo público el que tiene que recurrir a éstas técnicas la situación es claramente alarmante. Los gobiernos de Suramérica siguieron esta política, pidiendo préstamos para pagar los intereses que producían préstamos anteriores y han tardado décadas en salir de este agujero (y eso los que han salido, corralito mediante...).
Los estados deberían financiarse sobre todo con el dinero de los impuestos, y con una política fiscal clara, transparente y sobre todo, justa. Intentar salirse de este sistema y apoyar más peso del debido en la deuda pública es siempre pan para hoy y hambre para mañana, y cuando veo que hay comunidades autónomas en nuestro país que están tomando este camino empiezo a pensar con seriedad la posibilidad de aprender alemán y tomar un cambio de aires.

6 comentarios:

  1. La verdad es que como buen keynesiano siempre he pensado que es bueno endeudarse siempre que sea para reactivar la economia y tal, pero visto el panorama y como invierten los fondos de la deuda publica (para construir aceras y bonitas farolas), casi empiezo a alinearme con las tesis del déficit cero por ley.

    Ahora bien, sigo diciendo que el discurso se está pervirtiendo, nunca se habla de ingresos, siempre de gastos. Parece que subir los impuestos es un crimen, cuando puede ser un buen sistema de recaudacion la mejor de las soluciones contra la deuda.

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  2. 1.- Subir impuestos es de izquierdas y nunca hemos tenido un gobierno con política económica de izquierdas.

    2.- Los impuestos han de revertir en el ciudadano y no en los bolsillos de algún corrupto. Y como no pasa esto nos parece un robo que nos suban los impuestos, porque en realidad ES un robo.

    3.- Yo también soy de los que creo que un gobierno tiene que estar endeudado, si tiene superávit es que no está gastando todo lo que podría en mejorar la vida de los ciudadanos. No me entra en la cabeza un gobierno sin deuda.

    4.- Si todos pagáramos los impuestos que nos tocan todo iría mucho mejor, pero eso en este país no se lleva, lo que nos lleva al punto 2. Y si me puedo ahorrar el IVA al arreglar el coche me lo ahorro...

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  3. Estoy de acuerdo contigo, Robert, es de izquierdas, y nunca hemos tenido un gobierno con una auténtica política de izquierdas. La mejor forma de conseguir más dinero es conseguir más ingresos en lugar de reducir los gastos. Al reducir los gastos estás reduciendo también medidas que pueden ser necesarias y que luego se tienen que suplir con otros gastos. Al final no ahorras nada y acabas peor que cuando empezaste.

    Otra cosa sería controlar mucho mejor el gasto para mejorar el rendimiento del dinero que tenemos. Pero para eso hace falta un control responsable de los fondos, y no creo que ningún político quiera eso. Y así nos va.

    De todas formas, yo no creo que un gobierno tenga que estar endeudado. Yo sí que creo en la política del déficit cero, es decir, que la balanza de pagos esté completamente equilibrada. Por pequeñas que sean, no me gustan las deudas. Un estado libre de deudas es un estado con libertad completa. Granada es una ciudad acosada por las deudas y no funciona ni a la de tres. Por otro lado evidentemente prefiero mil veces un estado ligeramente endeudado a uno con superávit. Cuando veo que algún gobernante presume de haber conseguido superávit en las cuentas me dan ganas de darle de bofetadas hasta que se me vea el hueso en los nudillos. Manda cojones, con la falta que harían esos fondos y ellos presumiendo de haber conseguido ahorrar dinero con su gestión.

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  4. Te invito a que juegues al Victoria, de Paradox Entertainment, el mejor simulador histórico que conozco.

    Entonces comprenderás que endeudarse, hasta cierto punto, es bueno. Endeudarse es bueeno. (Siempre que haya alguna inversión a la vista, claro).

    Y como decís todos, cuando se hace difícil pagar los intereses de la deuda, hay que subir temporalmente los impuestos, joderse un par de años, hasta volver a un endeudamiento razonable. Pedir más préstamos es un suicidio económico.

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  5. Bueno Abraham, al Victoria de Paradox no he jugado, pero sí que he jugado al Europa Universalis 2 de la misma empresa, y la verdad, cada vez que pedía un préstamo para poner adelante un proyecto era tremendamente complicado volver a poner en orden las cuentas (los malditos intereses te hacían trizas los ingresos). Como sea igual en el Victoria voy a seguir insistiendo en la política de economía perfectamente equilibrada XD.

    Si no tuviera más remedio, pues vale, qué le vamos a hacer. Pero es que ahora mismo lo tienen como una forma de ingresos ordinarios más que como una forma de ingresos extraordinarios.

    De todas formas, si tuviera que endeudarme, yo optaría más bien por el financiamiento de un pago con cantidad acordada de antemano que el pedir un préstamo. Al menos con un acuerdo de financiación no eres tan dependiente de otros factores como los tipos de interés.

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  6. Pues deberías, Alberto puede explicarte por qué es bueno estar ligeramente endeudado.

    La diferencia entre ambas épocas es el tipo de interés. En el Victoria el préstamo se hace por tiempo indefinido y sólo tienes que ir pagando todos los días la parte correspondiente a intereses. Construir una fábrica de cemento en 1839 en lugar de esperar a 1841, a cambio de una pequeña deuda, puede ser la diferencia entre ganar o perder la primera guerra mundial.
    Además, considero que un país que no esté endeudado no está haciendo los deberes, siempre hay algo que mejorar.

    La situación que describe Alberto es cuando las inversiones no están resultando y no se gana lo suficiente para ir pagando los intereses. Si pides más dinero para pagar intereses, los intereses aumentan. Te puede venir bien si dentro de un año o dos la situación económica mejora, para sortear el bache. Pero si no mejora, te puedes ver con una deuda impagable.

    Lo que plantea Bobby garantiza no verse nunca en situación de quiebra, a cambio de reducir el gasto público. El problema es que esos recortes van a significar una economía más pobre a medio plazo.

    La cuestión entonces es ¿arriesgarse o no? Nuestros políticos parecen pensar que es mejor arriesgarse. Pero deberían acompañarlo de un paquete de propuestas de inversión creíbles.

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