La actual crisis, en la que llevamos inmersos ya 4 años,
cada vez se está tornando mas grave. Hace poco que se anuncio el rescate de la
banca con un fondo especial de 100.000 millones y los resultados han sido mas
bien negativos. La prima de riesgo, el termómetro actual de la grave situación económica
se está disparando y ya nos amenazan con nuevos recortes y más rescates.
Toda esta dinámica ni que decir tiene, es muy perniciosa, no
solo por las consecuencias inmediatas que puede tener. Es que si no se corrige pronto, estas politicas nos llevarán al estancamiento durante decadas.
Pues es que ahora mismo y con las políticas actuales nos
hayamos inmersos en lo que yo llamaría una dinámica de políticas de suicidio económico.
En primer lugar porque nos hayamos en medio de una interminable espiral
de deuda, intereses y recesión. Ahora mismo no es Mariano Rajoy o el partido
popular el que gobierna el país. Lo gobierna la prima de riesgo y la troika.
Sube la prima, aumentan los intereses de la deuda, aumenta el
déficit, la troika nos obliga a recortar y subir impuestos, la economía sigue
retrocediendo, vuelve a subir la prima, y así continuamente. Ni que decir tiene que llegará un momento que la deuda se
hará insostenible, si es que no hemos llegado ya a ese momento y desde entonces
solo quedará la opción de salir del euro y declarar la bancarrota. Veremos a
ver si Grecia no se nos adelanta.
En segundo lugar estamos asfixiando toda esperanza de recuperación.
Muy relacionado con lo primero, cuanto más recortamos, más empobrecemos a la
clase media, la principal sustentadora de la economía de consumo, y por tanto
cada vez tiene menos dinero para comprar bienes y contratar servicios que dan
dinero a las empresas las cuales a su vez dan trabajo a muchos de estos
trabajadores. De manera que a la vez que estamos deprimiendo la economía,
estamos empujando fuera del sistema a millones de personas que se quedan en la
calle, sin trabajo, que no consumen, que son un lastre para el resto en términos
económicos y que a la larga son una fuente de inestabilidad política y social.
En tercer lugar, no se está infundiendo ni insuflando
ninguna esperanza de recuperación. Todas las noticias
relacionadas con la economía son siempre malas, relacionadas con la mala situación,
con malas perspetivas, con nuevos recortes, con subidas de la prima y rescates
a los bancos. Así la gente no tiene esperanza, mas bien miedo, no compra, no
consume, la economía se hunde, aun cuando su situación económica actual fuera
buena, las malas perspectivas solo retrotraen el consumo de aquellos elementos
del sistema que todavía podrían consumir.
Es lo que yo llamaría economía de miedo o economía de
guerra. La gente solo está consumiendo lo que estrictamente necesita, nada mas.
Y todo por una especie de depresión anímica colectiva sobre la situación y las
perspectivas económicas.
Todo esto no tendría más importancia que la de una crisis cíclica
si no fuera por las gravísimas consecuencias que esto está teniendo sobre la
juventud española. Y es que no hay colectivo ahora mismo más afectado que los jóvenes.
Con un 50 % de tasa de paro y subiendo, la mayoría de los jóvenes han visto
arruinados sus esperanzas de realizar sus proyectos de vida. Pues hay que tener
en cuenta que los jóvenes (en un sentido amplio), necesitan un trabajo para
poder emanciparse y tener hijos, esencial para un relevo generacional. Y ante
la nefasta situación, estos proyectos y este relevo generacional se está
truncando.
Y si no se arregla pronto, podríamos sufrir las
consecuencias durante décadas de un aceleradísimo envejecimiento población, con
la subsiguiente despoblación.
Por eso la única solución viable, en mi opinión, pasa por
obligar a la clase política a una rectificación inmediata y me temo que eso ya
solo pasa por abandonar el euro y la unión europea y negarse a pagar la deuda
pues solo asi podremos rehacer toda nuestra economía y no seguir inmersos en
una dinámica suicida que acabará con todo el estado del bienestar y la paz social construida durante décadas.
Yo no me preocuparía tanto por la despoblación. En cuanto empiecen a faltar trabajadores, se abre la puerta a los inmigrantes y listo, como se ha hecho siempre.
ResponderEliminarLo malo será la carga fiscal que tendrán que soportar los trabajadores del futuro para mantener el sistema, que quizás les desanime, quizás no, a venir a trabajar a España.
Lo que realmente me preocupa es que en nuestro país necesitamos un cambio estructural del modelo de empresa. Demasiado pequeñas y no son competitivas. Demasiado grandes y se largan a países más baratos. Desde hace unos años, aquí se ha apostado por la microempresa. Todo el mundo a base de contratos de autónomo. En realidad se trata de una forma de eludir el estatuto de los trabajadores -asalariados- de modo que los jefes puedan putear a gusto a los empleados, y de implicar a los trabajadores en la lógica del todo vale por un euro más.
La reforma de Rajoy -y que empezó Zapatero-, va encaminada a terminar de destruir lo que quedaba de la empresa tradicional, pensando que de ese modo van a flexibilizar el mercado de trabajo. Hacia un modelo alemán, dicen. Pero esa situación ya la teníamos. Casi todos los empleados, hoy por hoy, son autónomos. Quizás los que habían aguantado un poco mejor la purga eran los funcionarios, pero también les están recortando las barbas.
En mi opinión, era más necesaria una reforma del modelo de empresa que permitiera menores costes a las de tamaño de mediano a grande, ya que son las que pueden permitirse la inversión en I+D, de la que estamos tan necesitados. Los directivos medios de este tipo de empresas engrosarían la clase media, ésa que echas de menos que consuman un poco más. El aumento en I+D aprovecharía nuestro mayor excedente: licenciados e ingenieros sin nada de qué vivir.
Llegado el caso, sería necesaria una fuerte financiación para adaptar las empresas a nuevos productos y tecnologías. Cosa que es difícil que ocurra, porque ahora mismo, si nos dan crédito va a ser para seguir construyendo edificios.