jueves, 6 de enero de 2011

Contra el prestigio social del tabaco

El 2 de Enero, como ya sabrán la mayoría de ustedes, entró en vigor la prohibición de fumar en los espacios públicos cerrados. Desde entonces se ha generado un debate social intenso, ha surgido incluso especialmente entre los fumadores, un sentimiento de persecución social. Algunos han llamado a la insumisión frente a la ley y algunos bares y restaurantes se niegan a respetar la ley.

Hoy quisiera hablar de esta ley y de las reacciones de los fumadores frente a esta.

Pero antes hay que corregir una serie de conceptos equivocados que tienen muchas personas y que es debido al prestigio y permisividad social que se le ha dado desde siempre al tabaco frente a otras drogas.

En primer lugar, el tabaco, o mejor dicho, fumar, no es un acto libre, es una adicción. Una persona que fuma, tiene el libre albedrio de empezar a fumar, pero una vez se engancha, difícilmente tendrá la libertad de dejarlo cuando quiera. La drogadicción al tabaco es, en definitiva, una dependencia física y psicológica al consumo de una sustancia nociva.


En segundo lugar, no es cierto que haya que igualar los derechos de los fumadores y los no fumadores para una especie de coexistencia pacífica. Sobre todo porque no están en las mismas condiciones. Un fumador, cuando fuma, genera humo en el aire que un no fumador no puede evitar respirar, más aún en un lugar cerrado. El humo del tabaco es pues un efecto colateral, y de la cual no puedes excluir a nadie de su consumo. Mientras que un no fumador no perjudica a nadie y a su vez es perjudicado en su coexistencia con un fumador.

El tabaco es pues discriminatorio para los no fumadores y la única forma de igual el derecho de un fumador a fumar y el de un no fumador a respirar aire limpio es protegiendo a este último allá donde no se pueda defender.

En tercer lugar, existe la falsa percepción de que el tabaco no perjudica la salud a un no fumador como a un fumador. También la falsa creencia de que manteniendo cierta distancia prudencial, en la misma habitación, el humo de un fumador no perjudicará a un no fumador. Sin embargo multitud de estadísticas alertan de que el humo generado por un cigarrillo es tanto o más perjudicial para un no fumador que para el propio fumador, habiendo multitud de muertes relacionadas con el tabaco en los no fumadores.

Por último, no es cierto que los bares tengan derecho a decidir que se puede hacer dentro de sus locales. Es cierto que estos son una propiedad privada, pero el aire que se respira en estos no es suyo. Pues lo mismo que no pueden apropiarse de los clientes que entran en sus locales, no lo pueden hacer del aire que se respira. En definitiva no hay que confundir propiedad con espacio. La propiedad es privada, pero el espacio es público.

Dicho todo esto, y volviendo al núcleo de la cuestión, mis críticas no van dirigidas a las personas fumadoras, sino al gobierno, que hipócritamente vende una sustancia nociva y adictiva con la que recauda millones de euros a costa de la salud de millones de personas.

Las nuevas prohibiciones de fumar en todos los espacios cerrados casi sin excepción lo único que hacen es confrontar socialmente más, a la vez que dan nuevos argumentos a los fumadores para situarse en posiciones victimistas y de rechazo a dejar de fumar.

Yo, como habrán notado ya, soy firme partidario de la prohibición, no solo de fumar en espacios públicos cerrados, también lo soy en espacios públicos abiertos y en cualquier ámbito público o privado. En definitiva, estoy en contra del Tabaco al que su legalidad le ha otorgado un halo de respetabilidad que no debería tener.

De tener la capacidad, apoyaría la prohibición total del tabaco, tanto de su venta como de su consumo, a la vez que promovería un gran programa de salud pública para la rehabilitación de todos los fumadores para que lo dejaran.

De otra manera y si seguimos como hasta ahora, podemos encontrarnos dentro de 30 o 40 años con que la sanidad pública, que también cubre todos los problemas generados por el tabaquismo, no pueda responder a la ingente cantidad de personas adictas al tabaco que con toda probabilidad enfermarán de cáncer en las próximas décadas.

Respecto a las críticas que los fumadores hacen de la ley actual. ¿Tan difícil es cambiar un poco los hábitos? Solo supone levantarse y desplazarse unos pocos metros para fumar fuera. En verano probablemente ya nadie se acordará y tendremos fumadores fuera, en las terrazas y no fumadores dentro. Y todos nos podemos beneficiar.

Muchos defienden que volvamos a la ley anterior, y que cada uno elija si prefiere un bar de fumadores o de no fumadores. Hay que recordar que hemos llegado a esta ley porque en la anterior prácticamente el 100 % de los bares permitieron fumar en sus establecimientos. Poniendo al mismo lugar a todos.

Además, que todo el mundo olvida a los más perjudicados, los camareros. ¿Qué obligación tienen de trabajar en un entorno tan perjudicial para su salud? Porque como ustedes comprenderán, más aun en la situación actual, no van a renunciar a su trabajo (salvo que puedan permitírselo, claro).

Resumiendo, considero que el gobierno debería de preocuparse más de los temas relacionados con la salud y la vida humana en todos sus sentidos y vertientes. Debería ser una prioridad del gobierno la protección de la vida humana para evitar situaciones extremas como el aborto, el suicidio, las depresiones y enfermedades físicas o mentales, etc… que puedan derivar en un perjuicio de la salud o vida de alguien.

11 comentarios:

  1. Yo es que aprovechando que ahora sólo se puede fumar en casa y en algunos espacios abiertos (no todos) en vez de la prohibición total, que no serviría de nada como se comprobó en su momento en EEUU con la Ley Seca aprovecharía para legalizar otras drogas blandas como la marihuana.

    Más calidad, regulación, licitación de la venta y, por supuesto, más impuestos y recaudación para el Estado. Al fin y al cabo la gente va a seguir haciendo lo que hasta ahora, fumarla en su casa sin molestar a nadie, como deberían hacer los fumadores de tabaco.

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  2. Parece que lo que se trata es del derecho de los no fumadores a entrar en el bar. De hecho los no fumadores no llenan ninguno y hoy en día si hay mucho tipo de locales donde no se fuma ya no se da el uso indiscriminado que se le daba antes que incluso se fumaba en las aulas. Estoy de acuerdo en el perjuicio que se le causa al no fumador, pero nadie le obliga a ir a donde las condiciones no son de su gusto. Yo mismo no voy a todos los sitios por causas diferentes. Tampoco me parece correcto que en la puerta de un hospital no se pueda fumar cuando tienes a un familiar enfermo o en condiciones peores y te subes por las paredes. Como siempre últimamente las cosas se sacan de quicio y de madre. Solo con un poco de inteligencia de nuestros legisladores se podía haber hecho una ley mucho mas justa para todos. En cuanto a los camareros ocurre como con cualquier otro trabajador tiene riesgos laborales que si no te gustan cambias de profesión o buscas trabajo en un local de no fumadores. Además no me parece el momento idóneo. Las recaudaciones van a bajar y las plantillas se reducirán. Por no hablar de que si es una ley anti-tabaco donde hay algún epígrafe que hable de el y de su mejora de calidad, solo es ANTI-FUMADORES y tremendamente discriminatoria teniendo en cuenta que se cobra un 75% de impuesto y se vende legalmente.

    Saludos

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  3. En toda Europa llevan años en que no se puede fumar en ninguno de los sitios en que esta ley ha prohibido fumar aquí y lo llevan la mar de bien, con pasar a Francia puedes comprobar que la gente sale a fumar tranquilamente a la calle cuando está en los bares y no ha bajado en absoluto la afluencia de gente. Estoy seguro de que toda esta polémica durará un par de meses. En cuanto se estabilice la situación y la gente se acostumbre se acabará el problema. No me creo que nadie deje de salir con sus amigos porque ahora no se puede fumar.

    En cuanto a lo de los hospitales y los parques infantiles lo mismo, es cuestión de acostumbrarse, igual que bajas de la planta 11 del hospital a la puerta a fumar, puedes andar 50 metros para fumar un poco más allá. Es sólo un problema de cambio de hábitos.

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  4. Gran artículo, muy bien argumentado y que, creo, expone la verdadera realidad del problema del tabaco.

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  5. Efectivamente es una cuestion de aceptacion social, de tiempo y de normalidad. Yo considero que esta ley supone una mejora cualitativa, pero le queda todavía recorrido al tema hasta erradicar este mal hábito.

    Creo Robert que tienes razon en el hecho de que prohibir una sustancia no suele funcionar como método. El tema es que su legalizacion le da legitimidad a su consumo. Y no me parece bien que se permita fumar a la vez que se recauda tanto dinero

    un saludo y gracias a todos por comentar

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  6. Yo estoy a favor de la Ley, pero no de todo tu artículo porque, si no he entendido mal, defiendes una prohibición absoluta del tabaco. Yo creo que las personas tienen derecho a hacer lo que crean conveniente con su vida, y todo el derecho del mundo a equivocarse. Creo que el Estado no debe decidir sobre lo que puedes o no hacer siempre que no perjudiques a nadie más que a ti mismo. Para mí es correcto que el tabaco se venda con una fuerte carga de impuestos (que aún es insuficiente) para, de esta manera, contribuir a cubrir el gasto que su consumo genera en las arcas de la Seguridad Social; así el que fuma, y requerirá servicios de sanidad con casi absoluta seguridad, está pagando con sus impuestos una parte (y ni siquiera el total) de sus futuros tratamientos.
    La prohibición de una sustancia nunca ha conseguido erradicarla. Lo único que consigue es generar un comercio ilegal y favorecer a las mafias. Todo esto está más que demostrado.
    La legalización de cualquier sustancia sería la lucha más efectiva contra el narcotráfico, contra las muertes de personas inocentes (México, por poner sólo un ejemplo) y además una herramienta para recaudar impuestos que de nuevo revertirían en favor de la Seguridad Social, que gasta mucho dinero en tratamientos con drogodependientes que no han pagado con su dinero la metadona o los paliativos, si no los coches y chalets de la camorra, y las armas con las que estos se han llevado otras vidas por delante.
    Decir que el consumo de droga aumentaría con su legalización es muy ingenuo, pues no conozco a nadie que quiera probar la cocaína y no lo consiga con asombrosa facilidad.

    Un saludo

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  7. M, realmente creo que los que defendeis su legalidad y una fuerte carga impositiva teneis razon en decir que su prohibicion generaría contrabando y posiblemente no se reduciria el consumo. Yo esto lo decía básicamente por una cuestion moral.

    Porque en el fondo me preocupa que le estemos dando legitimidad social a una droga y por tanto una excusa para que muchos sigan fumando.

    un saludo y gracias por comentar.

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  8. Hay dos cuestiones diferenciadas:
    La lucha contra el tabaquismo, adicción que provoca enfermedades al adicto y a las personas de su entorno, y
    El respeto al espacio público, lugares que compartimos fumadores y no fumadores, en los que estos últimos sufrimos el vicio de los primeros.

    Creo que no es necesario entrar en la primera cuestión, y en esto pienso como Robert, el que quiera drogas, que las tome (y pague los costes extra que su consumo tiene sobre las cuentas de Sanidad). No me parece correcto entrar en el moralismo de decir qué está bien y qué no, obligando a los demás a hacer lo que uno piensa que es lo correcto, mientras que lo que hagan no perjudique a los demás.

    Un bar puede ser un local privado, pero es de concurrencia pública, y como tal, el gobierno tiene potestad para regular en ellos. A diferencia de un club privado, en un bar puede entrar cualquiera.
    En los bares coincidíamos fumadores y no fumadores. A los fumadores creo que no les molestaba el hecho de que los demás no fumaran, mientras que a la mayoría de los no fumadores les resultaba cuanto menos molesto el que se fumara. En mi caso me resulta tan desagradable que he rechazado entrar en algunos sitios por no asfixiarme.
    Dice Carlos que nadie obliga a entrar en un lugar donde se fuma. Se equivoca. Hay una especie de obligación social de ir con los demás. Y si empiezas a rechazar entrar en lugares con fumadores te enfrentas a la exclusión social. Yo he dejado de salir con algunos amigos debido a este motivo. Pero imagino que poca gente estará dispuesta a perder a sus amigos por dejar de tragar humo. Decir que nadie te obliga a entrar en un bar de fumadores es demagogia, algo que sólo a un fumador se le podría ocurrir.
    Ahora pensemos en las molestias que la nueva ley impone a los fumadores: si deciden ir a desayunar tendrán que aguantar 30-45 minutos sin fumar ¿difícil eh? si quieren salir a comer a un restaurante la cosa se pone más difícil, hay que aguantar hasta dos horas, o tienes que salir 1 ó 2 veces a fumar fuera ¡con el frío que hace! (Vale, esto es un poquito más duro). Aquí podría hacer yo también demagogia y decir que nadie les obliga a fumar cada diez minutos.

    En cuanto a los efectos sobre la afluencia al bar... ahora a mí me apetece ir con más frecuencia. ¿A los fumadores se les ha quitado las ganas de ir al bar hasta el punto de dejar de ir? Dentro de un tiempo podremos comprobar los efectos, como dice Robert, y veremos que no es tan dramático.

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  9. Pienso que los fumadores que falten en invierno se compensaran por los que acudan en verano y que los que no van ahora serán sustituidos por no fumadores que se negaban a ir cuando había humo.

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  10. habia muchos más bares con humo porque esa es la demanda.Trabajo en distribución y sé lo que me digo.Las mismas leyes de mercado que sirven para recortarnos derechos no son válidas para el pequeño hostelero.Los fumadores eran los que hacían el mayor gasto en hostelería,los bares son lugares para los vicios y si no los pueden disfrutar juntos no van.Punto.Si no me gustan los bares de ambiente gay la solución no es prohibirlos,es no entrar en ellos.¿Por qué los fumadores no pueden tener dus locales?¿al ser adictos a una sustancia legal se convierten en ciudadanos de segunda?Pueden tener sus cafeterías,pubs,etc(aunque sea un sistema de cupos) sin molestar a los demás.eso es democracia:dos y dos son cuatro.
    No trates a los demás como no quisieras que te tratasen a tí

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  11. David, en la antigua ley los fumadores tenían derecho a sus propios locales. ¿Y sabes qué es lo que pasó? Que como no había ningún tipo de vigilancia ni control esa ley fue desobedecida desde el principio. En todos los lugares se podía fumar y en todos esos lugares podías ver menores. Si en las discotecas en las que se permitera fumar no se hubiese permitido el acceso a menores (no se podía permitir), o, como yo he visto, las familias con sus hijos (o los menores de 18) no pudieran entrar en los bares de tapas, yo hubiera mantenido la ley. Si yo he apoyado este cambio es porque no había otra opción.

    Tienes razón, el ser adicto a una sustancia no te convierte en ciudadano de segunda. Pero eso mismo también se puede aplicar a los no fumadores ¿verdad? Y la verdad, cuando en un bar veía un grupo de 8 o 9 personas sólo veía a 2 o 3 fumando ¿el resto se tiene que fastidiar (por no decir algo más fuerte) y tragar humo? Yo veo que no. Antiguamente en los cines se podía fumar. Luego lo prohibieron. ¿Se ha resentido la utilización de los mismos? A mí me parece que no.

    Tengo que reconocer que al principio llegué a ver algunas mesas vacías en los bares de tapas, pero ya se han vuelto a llenar. No creo que tardemos mucho en volver a ver los bares otra vez llenos, pero esta vez sin humo.

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