martes, 28 de junio de 2011

¿Rescate o chantaje? El pulso de los mercados a la democracia

Protestas en la Plaza Syntagma de Atenas
Lo que Grecia está viviendo esta semana no tiene nombre. Es la verdadera demostración de la guerra que los mercados están librando contra las democracias.

Una democracia postrada y rendida al chantaje de los mercados contra la decisión de los ciudadanos.

Grecia votará mañana un impopular plan de rescate que teóricamente le salvará de la bancarrota pero que en la práctica supone la bancarrota generacional de un país incapaz de pagar unas deudas multimillonarias.

El plan está impuesto por la famosa Troika del FMI, la UE y el BCE cuyas políticas económicas en los últimos años se han demostrado totalmente ineficaces para salir de la crisis.

Hablamos de organismos responsables de catástrofes económicas como el famoso corralito en Argentina (FMI), las tormentas financieras del Sistema Monetario Europeo en los 90 (UE) o la formación y posterior explosión de la Burbuja Inmobiliaria en media Europa (BCE).

Organismos por cierto, nada democráticos. Ni siquiera la UE, cuyo parlamento es una farsa que ni siquiera tiene aspiraciones de representatividad de la ciudadanía. Porque no olvidemos que no es el Parlamento Europeo, sino el Consejo europeo, donde se reúnen los presidentes y primeros ministros de Europa en donde se toman las decisiones.

Su última atrocidad es llevar a Grecia a unas condiciones absolutamente insuperables. Es elegir entre un mayor empobrecimiento y la Bancarrota.

Si el primer rescate no funcionó, ¿por qué debemos confiar en que este segundo rescate, con condiciones iguales y más duras que el anterior, va a funcionar?

No es rara esta situación analizando a fondo las políticas aplicadas. ¿Cómo va un país a pagar sus deudas si se le obliga a aplicar políticas económicas ultracontractivas y empobrecedoras para ahorrar todo lo posible? Es como si a un mendigo o una familia con todos los miembros en paro se le obligara a pagar una deuda alargando sus plazos, y prestando más dinero, pero obligándolo a cambio a vender hasta la última de sus posesiones materiales presentes y futuros. Esclavitud financiera pura y dura.

Y además, pagando como siempre los inocentes. No fueron los griegos los responsables de la situación actual. Fueron sus gobiernos, los que ahora no les escuchan, fueron sus bancos, los que ahora no les prestan, y sobre todo fueron sus acreedores, los que no se aseguraron de donde ponían sus fondos, los que han llevado a Grecia a esta humillante situación. No exigieron una responsabilidad moral por sus créditos. Dejaron que los griegos se endeudaran todo lo que pudieron. Dejaron que sus gobiernos ocultaran y maquillaran sus deudas y no exigieron a cambio políticas de desarrollo económico ni se preocuparon por lo que pudiera pasar.

Ahora quieren cobrar. Cueste lo que cueste. Si de paso hay que privatizar todo el país, mejor que mejor. Además de recortes y despidos a funcionarios, recortes a las pensiones, becas, subidas de impuestos especialmente a los más pobres, se exige desde Bruselas la venta de todo el patrimonio público griego. Hablamos de empresas, terrenos, edificios. Todo, absolutamente todo, para conseguir una inyección financiera con lo que poder seguir sosteniendo lo insostenible otro año más. A ver si a lo mejor esta vez funciona. ¡Que irresponsabilidad!

Pues que quieren que les diga. Que si yo fuera griego, preferiría la bancarrota. Preferiría que mi gobierno se negara a seguir pagando deudas leoninas. Preferiría que mi gobierno no sacrificara mi futuro y el de mis hijos a cambio de evitar que cientos de bancos de Francia y Alemania quebrasen.

Porque qué duda cabe, esto lo están haciendo así porque los acreedores son principalmente bancos centroeuropeos. Porque si quebrara Grecia, docenas de bancos alemanes y franceses se irían al traste, porque quizás Alemania y Francia tendrían que ser rescatadas, algo imposible, consecuentemente el Euro desaparecería.

Pero no quiero vivir en una Europa en donde para pagar unas deudas, tengas que obligar a pensionistas, funcionarios, estudiantes y demás gentes de las capas más débiles de la sociedad a pagar unas deudas que ellos no crearon ni generaron. Ni en una Europa que prefiere escuchar a los mercados antes que al pueblo.

Cada día odio más el Euro, la representación de lo que se ha convertido Europa, un mercado chantajista y opresor al que hay que obedecer cueste lo que cueste.

No quiero una Europa así.

1 comentario:

  1. Sugerencia para futuro artículo: usar la hemeroteca de Google para recoger fragmentos de noticias publicadas por periódicos de tirada nacional (El País, El Mundo, ABC, etc) en donde se alaben los métodos de las agencias de calificación de crédito, así como aquellas ocasiones en que fueron usadas sus calificaciones para demostrar lo bien que nos iba en España hace unos cuantos años.

    Por aquello de hacer memoria.

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