Vivimos en la era del miedo. Desde el 11 de Septiembre la sociedad occidental está asustada. Asustada por muchos motivos. Antes era por el terrorismo, ahora por la crisis economica, antes era en Estados Unidos, ahora el miedo se centra en Europa.
¿En que consiste la política del miedo? Es fácil. Se trata de inspirar a la población temor ante la pérdida de algo que ya tienen, generarle la percepción de un peligro, para que tolere un recorte que en condiciones normales no aceptaría por suponer una merma de su status o sus libertades. Suele estar generado por un agente externo, algo que no es, supuestamente, responsabilidad del gobierno y siempre son percibidas como sacrificios temporales urgentes derivados de las circunstancias.
En Estados Unidos esta política estuvo orientada a principios de siglo a combatir el terrorismo y supuso un recorte de sus libertades constitucionales y la violación sistematica de tratados y convenios internacionales provocando como todos recordamos la guerra de irak y de afganistan. Los ciudadanos estadounidenses, profundamente afectados por los atentados y con el miedo en el cuerpo de que pudieran ocurrir cosas peores aceptaron o toleraron sacrificar libertad por seguridad.
En Europa estamos ahora inmersos en una nueva oleada de políticas del miedo. Pero a diferencia de los Estados Unidos, estas se escudan en la grave crísis economica y pretenden desmantelar el Estado del Bienestar.
Es cierto que la crisis se originó en los Estados Unidos, pero las consecuencias más graves han afectado y afectan ahora a Europa. Es toda una guerra declarada por los mercados y los especuladores al Estado del bienestar. El pistoletazo de salida lo dio Grecia. La incapacidad de pagar sus deudas ha dado motivos a los especuladores financieros para generar fuertes turbulencias financieras a todo el continente. Y los rescates no han hecho más que acentuar la preocupación y extender el miedo a todo el continente.
Podríamos hablar de dos estilos de políticas. La de los países rescatados o cercanos al rescate y la de los países rescatadores.
La de los rescatados o a punto de ser rescatados (hablamos de Irlanda, Portugal, España, Italia,...) es el de propagar la idea de que podría ser peor si no hacemos algo ahora. En condiciones normales no hubieramos aceptado socialmente el retraso de la edad de jubilacion, la subida del Iva, el recorte de las pensiones, la supresion de ayudas, la eliminacion de derechos laborales, etc etc... de no haberse amenazado a los ciudadanos de que si no se hacía nada podríamos haber acabado como Grecia.
Y por el otro lado el de los rescatadores en donde se ha extendido la idea de que en caso de no ayudar al sur europeo y aceptar los sacrificios que ello supone, se podrían esfumar los ahorros de sus ciudadanos, podrían quebrar sus bancos, podría desaparecer el euro, podría haber una oleada de inmigracion, etc... Los resultados han sido muy similares al sur: subidas de impuestos, recorte de ayudas, subvenciones, etc...
Son las dos caras del miedo pero sus objetivos son los mismos. Asustar a la población para poder desmantelar el Estado del bienestar europeo.
Sobre todo está esa sensación constante de urgencia. Es como si todo se fuera a la mierda mañana y habría que hacer cuaquier cosa para evitarlo. Todo está justificado con tal de sobrevivir un día más.
ResponderEliminarEs como estar en un capítulo de 24 permanentemente.