sábado, 28 de marzo de 2009

¿Deflación o hiperinflación?

Hemos hablado aquí a menudo de los graves riesgos que implica la deflación en la economía, proceso por el cual los precios caen de forma generalizada agravando la espiral del desempleo.

Sin embargo, cuando en España muy probablemente en un par de meses a lo sumo entraremos en la primera deflación de nuestra historia, que el mundo se vaya a precipitar en una deflación estructural ya no está tan claro.

Más aún, cuando la mayoría de los economistas empiezan a alinearse en la postura de la deflación, surgen voces discrepantes que hablan de que se está generando el caldo de cultivo perfecto para una hiperinflación (subida desmesurada de precios en muy poco tiempo).

Los defensores de esta posibilidad argumentan que las fuertes inyecciones de liquidez superan con mucho lo que una economía en recesión puede tolerar por lo que una vez el problema de la liquidez se haya solucionado, cosa que según estos parece estar ocurriendo ahora, asistiremos a un fuerte repunte de la inflación que podría llevar nuevamente al jaque a las economías mundiales.

Recordemos, a modo de aclaración, que una de las causas más importantes de la inflación es estrictamente monetaria, es decir, la cantidad de dinero que circula en la economía regula los precios de esta. La cantidad de dinero que los Bancos Centrales viertan debe ir acorde al ritmo de crecimiento de la economía para que haya estabilidad de precios.

En resumen, frente a las importantes inyecciones monetarias a los bancos, tenemos dos posturas:
  • Postura deflacionista -> La liquidez no está llegando a la economía, si la cosa sigue como ahora, el mundo se precipita a una deflación estructural tipo japones.
  • Postura hiperinflacionista -> La liquidez acabará llegando y al verter tanto dinero ese dinero generará una inflación muy alta.

En el caso de que los hiperinflacionistas tuvieran razón, que todo es posible, la teoría nos dice que los bancos centrales tendrán que subir aceleradamente los tipos de interés para contrarestar el exceso de liquidez vertido. De cumplirse por tanto, no sería extraño ver de nuevo la asfixia de millones de familias que no podían llegar a fin de mes por culpa de las hipotecas.

Personalmente soy de la opinion que la hiperinflación, al menos por ahora, es descartable. Dificilmente los precios remontarán tanto por la sencilla razón de que los bancos están financieramente estrangulados por culpa de la delicada situación economica de millones de familias y empresas a lo largo y ancho de todo el mundo.

Más aún, cuando la situación se tornara en hiperinflacionista, los bancos centrales pueden atajarlo de manera más sencilla que en un entorno deflacionista, por la sencilla razón de que los tipos pueden ser elevados tanto como se desee, pero jamás pueden tornarse en negativos.

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