¿Y por qué ese interés repentino de los politicos? La explicación es más bien simple. Desde el momento en el que la vivienda se convirtió en algo prácticamente inalcanzable para muchos, se creó una nueva clase social, cuyo tamaño ha ido creciendo con los años al tiempo que el precio de las casas. Se trata del joven recién llegado al mercado laboral, que aún vive en casa de sus padres hasta que ahorra el dinero suficiente para pagar la entrada de la casa. Este joven, proveniente en su mayor parte del babyboom y generaciones posteriores, se ha dado cuenta de que su poder adquisitivo no ha crecido al par que los precios de las viviendas, y que por tanto no tiene ingresos suficientes para solicitar una hipoteca si no es con alto riesgo e interés. Por supuesto, gracias a la educación de sus padres, jamás se planteará la opción del alquiler porque es tirar el dinero.
Mientras tanto, le etiquetan como a un mimado, dependiente de sus padres, cómodo vividor al día que no ahorra, ya que... ¿por qué renunciar a la pensión completa gratuíta que me ofrecen mis padres? Total, ¿para qué quiero una casa donde vivir solo, y dictar mis propias normas en lugar de acatar las de los demás?
Pero ese pequeño grupo de jovenes cómodos en casa de sus padres ha ido creciendo de tamaño, al tiempo que su frustación por la situación en la que están. Eran la generación mimada, pero sin casa y cada vez más irritada. Y se acumula, peligrosamente. Y detrás de ellos, están los padres azuzando, también irritados porque no consiguen echar a su churumbel de casa. "Queremos a nuestros hijos fuera de casa, ya", dicen presionando por una solución. La irritación se extiende...
Claro, las elecciones no se ganan siempre con el voto de los pensionistas (aunque en su mayor parte influye). Así que dijeron los politicos: "¡Epa!, Pues las casas son un problema. Prometamos soluciones". Y así se inventaron las promesas. Cuentos populares para endulzar los oídos, y convencernos de que ya tienen la panacea que lo cura todo. Menos mal que alguien tiene los pies en la tierra, nuestro querido amigo Solbes fastidiando con que no hay dinero para tanta promesa. ¿Será el único que diga verdades? Y que se las dice a sus compañeros de partido, si llega a meterse con las promesas del partido de enfrente... Eso si, las demagogias (palabra que no conozco pero que seguro que pega aquí) que no falten. Que si esto fue del partido anterior, que si el partido de ahora no hace nada, que si lo mío es mejor...
¿He dicho alguna vez que me gusten los políticos? Lastima que no haya una ley que les obligue a pagar una multa a los políticos por cada promesa electoral incumplida.
Actualmente se da un caso paradójico y es el de unos padres que compraron un piso escándalosamente revalorizado ahora y por tanto triunfantes con una sensación de haber hecho el negocio del siglo, y por otro lado cansados mirando a sus hijos apoltronados en casa... porque ni trabajando el hijo y la futura nuera llegan para comprar una casa.
ResponderEliminarPues yo creo que se han lanzado todos a prometer porque tienen claro que el mercado se va a hundir rápido, con lo cual no tienen que llegar a hacer absolutamente nada para que los pisos tengan precios razonables. Eso si, se pondrán las medallitas correspondientes.
ResponderEliminarDesde luego no dudeis en que se pongan las medallitas. Lo triste es que hayamos tenido que llegar a esta situación para que los jóvenes tengamos más que decir que los ancianos. En fin, por una vez el discurso no será la subida de las pensiones, bueno, no en un principio.
ResponderEliminarPor cierto, toda una novedad lo del Partido Hache de Eva Hache, la de Cuatro, será interesante ver que pasa y si al final va a tener éxito. A mi por mi parte ya me ha llamado la atención.
Para ver políticos poniéndose la medallita por cosas que hacen mal a propósito, léase el artículo sobre las ayudas al alquiler de la Junta de Andalucía.
ResponderEliminarEl alquiler es una opción que pocos se plantean, entre otras cosas, porque es casi igual de caro que la compra de vivienda. Un claro ejemplo que contradice la ley de oferta y demanda. El propietario de una vivienda la pone en alquiler para ayudarse a pagar la hipoteca, por tanto pone un precio que se acerca a lo que le cuesta la letra del préstamo. No la alquila y pierde dinero, pero no pierde la esperanza de que al final alguien le pague lo que pide. Y lo consigue, porque se meten a vivir tres familias en el mismo piso, porque no encontraban a nadie dispuesto a alquilar por menos.
Pero no desesperéis. Con un poco de suerte encontraréis a algún jubilado que no se ha enterado de por dónde van los precios y pillaréis un alquiler barato. Eso sí, los muebles darán pena, porque serán de esos que les traen viejos recuerdos y les da lástima tirar (al igual que las cañerías, el sistema eléctrico, etc).
No es que contradiga la ley de la oferta y la demanda, es que esa "ley" en si misma está hecha para mercados perfectos en donde no hay especulacion. Por tanto, no se puede utilizar el modelo en la realidad.
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