miércoles, 10 de septiembre de 2008

El hipócrita americano

Vivimos en un mundo lleno de hipocresía donde Estados Unidos es el rey. El ultimo ejemplo se ha dado hace bien poco cuando se ha decidido la intervención de los 2 grandes bancos hipotecarios del país.

Llama la atención que, cuando el país más poderoso del mundo pasa apuros, siempre se vuelve keynesiano. Estamos hartos de oír que el mecanismo típico americano para impulsar su economía es el de hacer una guerra para aumentar su producción armamentística. Es lo que se denomina en economía, el capitalismo keynesiano o capitalismo interventor, donde el Estado interviene allá donde el mercado falla (en contraposición al neoliberalismo que defiende la no intervención del Estado en la economía). En este caso concreto, se podría hablar de un keynesianismo militarista. Se ataca un país para levantar la economía del tuyo impulsando la demanda de armas y petróleo.

Y es que es curioso que, tras la crisis de las hipotecas Subprime, el gobierno republicano de George W. Bush esté llevando a cabo la mayor intervención en la economía que se recuerda desde la gran depresión. Y todo para evitar una recesión que parece inminente. Un país que tiene a la libertad de mercado y el capitalismo más salvaje como bandera, ejempliza con ello que en tiempos de crisis la mejor receta es el keynesianismo.

Como decía un buen profesor que tuve, en tiempos de crisis hasta los ricos se vuelven keynesianos. ¡Que fácil es defender los mecanismos del mercado cuando las cosas van bien y que difícil es hacerlo cuando las cosas van mal! Y es que hasta a los ricos les conviene el Estado cuando hay crisis.

Tendría hasta gracia que el mayor fundamentalista de los mecanismos del mercado haya realizado la mayor operación intervencionista de su historia, sino fuera porque, como siempre, lo ha hecho para salvar, no a los más desfavorecidos, sino a sus millonarios esclavizadores: los bancos hipotecarios.

¿Hay que intervenir para salvar a los ricos y no hacerlo para ayudar a los pobres? Valiente Estado Robin Hood, ¿o más bien habría que decir Hood Robin, que roba a los pobres para darselo a los ricos?

Ni vosotros mismos, defensores del capitalismo salvaje, sois coherentes con lo que decís.

¡Hipócritas!

1 comentario:

  1. Privatización de beneficios, socialización de pérdidas.

    Y lo que nos esperaa nosotros...

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