miércoles, 11 de febrero de 2009

Crisis Feminista

Uno de los resultados paradójicos de la crisis económica es el hecho de que la tasa masculina de paro esté creciendo mucho más rápido que la femenina y acercándose hasta tal punto que la diferencia entre ambas se ha acortado a prácticamente 2 puntos (un 12,96% en los varones frente a un 15.14 de las mujeres)

De aquí podría deducirse quizás el hecho de que las políticas de igualdad implementadas por el gobierno estén dando sus frutos sino fuera porque son precisamente los sectores con amplia presencia masculina los que más se están viendo afectados.

Por ahí podemos concluir por tanto que la burbuja inmobiliaria tuvo el efecto perverso de alejar las tasas de paro masculina o femenina. O dicho de otro modo, el crecimiento económico provocado por la burbuja inmobiliaria beneficio más a hombres que a mujeres por ser los primeros los que suelen copar los puestos en la construcción.

Pero lejos de mofarse de los efectos igualitarios de esta crísis, hay que reseñar la importancia de incidir e insistir en las políticas de igualdad para evitar que la próxima expansión economica vuelva a beneficiar exclusivamente a los colectivos con menos dificultades de acceso al mercado laboral.

Y es aquí donde las políticas de discriminación positiva deben entrar en juego. La valía o minusvalía, el sexo o la procedencia de la persona no pueden ser causa de que determinados colectivos queden relegados del mercado laboral y sufran discriminación.

Nadie cuestiona la necesidad por ejemplo de incluir cuotas de obligado cumplimiento para la introducción de personas con minusvalía en cualquier puesto de trabajo. Sin embargo, las discriminaciones a favor de la mujer son a menudo cuestionadas por no tratarse “supuestamente” de una desventaja de nacimiento. Las argumentaciones son múltiples pero se centran esencialmente en el hecho de que una política de igualdad de ser paritaria y no premiar a un colectivo frente a otro.

Sin embargo en el caso de la mujer, a menudo no se tiene en cuenta la labor social reproductora que esta desempeña. Las mujeres son las únicas capaces de albergar a un bebe en su seno durante 9 meses y posteriormente amamantarlos.

Es por ello esencialmente que se deben implementar medidas que favorezcan la contratación de las mujeres y que compensen esa labor social ejercida. Se trata en definitiva que un empresario pueda contratar sin plantearse previamente las ventajas y desventajas de contratar a una persona de un determinado sexo.

Y lo mismo que se habla de igualdad de cuotas habría que hablar de igualdad de rentas percibidas. No es posible que la mujer siga sufriendo a estas alturas discriminación salarial tanto a la hora de ocupar un determinado puesto como en la suma global de las rentas percibidas.

Se dice que las crisis hay que verlas como oportunidades. En este sentido esta crisis puede ser una buena oportunidad para hacer efectiva la igualdad.

6 comentarios:

  1. "la labor social reproductora"

    Ni que fueran ONGs. :D

    Yo creo que el tema de la falta de mujeres en la construcción no tiene que ver con la discriminación. Simplemente hay trabajos que las mujeres no eligen. Y los trabajos como la construcción, la fontanería o cualquier ingeniería no atraen a las mujeres. Sólo tienes que darte una vuelta por las facultades de ingeniería para darte cuenta de ello.

    Por tanto, si la crisis depende de los sectores, como dicen, entonces quizás haya afectado más a estas áreas.

    También puede ser que se dé la ironía de que un empresario prefiera echar antes a un hombre que a una mujer, que gana menos y por la cuál recibe subvenciones y que, además, sería más problemático despedir por ser un grupo social protegido.

    Puede que el problema es que las mujeres se las discrimina hasta a la hora de despedirlas.

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  2. ¿Por qué en las competiciones de atletismo las mujeres compiten por un lado y los hombres por otro?

    Somos diferentes y he ahí justamente nuestra riqueza. Si en el sector de la construcción la mayor parte son hombres es por la mayor fuerza física, si en labores de recursos humanos gran parte son mujeres será por su perspicacia. En definitiva, imponer que se tengan que establecer unas cuotas de contratación por sexos implica dos cuestiones:

    La primera de ellas que se atenta contra el artículo 38 de la Constitución, aquel que menciona la libertad de empresa y que, por tanto, se ve anulada a la hora de acceder al factor productivo por excelencia, el factor trabajo.

    La segunda cuestión, y además verdaderamente paradójica, se refiere a que, si bien una medida de cuotas tiende a incrementar el número de mujeres trabajando lo que realmente consigue es justamente favorecer la discriminación por razón de sexo, contratando a una persona o a otra atendiendo al sexo de las mismas.

    Es absurdo exigir que en las juntas de administración tenga que haber paridad, lo lógico es pensar que en esa junta deben estar todos aquellos más capacitados, sean hombres o mujeres. Es absurdo exigir que en las plantillas deba haber paridad, atended a lo paradójico que acontecería en la industria conservera.

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  3. "lo lógico es pensar que en esa junta deben estar todos aquellos más capacitados, sean hombres o mujeres."

    Totalmente de acuerdo, deberían estar los más capacitados, sean de un sexo o de otro. El problema es que la proporción de hombres en las juntas de administración de las empresas privadas es desproporcionada (valga la redundancia).

    Así que o asumes que las mujeres están menos capacitadas que los hombres para la dirección de empresas (algo que no estoy dispuesto a asumir) o reconoces que lo arriba mencionado no se dá, ni se dará nunca de forma natural.

    Las políticas de paridad son un mal pero necesario.

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  4. En ningun momento hablo de cuotas o de una paridad en un sector concreto. Es cierto que menciono la construcción solo para constatar que el despido está afectando fundamentalmente al hombre. Pero de ahí no pido unas coutas paritarias en todos los trabajos. De lo que hablo y creo que no me he expresado bien es que si la tasa femenina de paro es superior a la masculina habrá que emplear políticas de discriminación positiva para la mujer, porque esta cuenta con un hándicap. Y es que cuando se le entrevista, estando en igualdad de condiciones con un hombre, el hombre sale normalmente ganando por una mera cuestión reproductora. Las mujeres pueden quedarse embarazadas, los hombres no y eso, sin ningun tipo de medida compensadora supone un handicap negativo para la mujer.

    Lo que planteo esencialmente no son cuotas sino medidas de discriminacion positiva que (al menos para mi) no es lo mismo. Con una cuota fuerzas la igualdad. Con una deducción fiscal discriminatoria en favor de la mujer pones al empresario en una tesitura mayor y a la mujer en una condición más igualitaria.

    En definitiva, lo que planteo es que el empresario a la hora de dedicir, no tenga motivos para decidir en función del sexo. De ahí habría que ir baremando cuanto cuesta compensar el coste que para una empresa pueda suponer contratar a una mujer (que se puede quedar embarazada) frente a un hombre y aplicar la reducción impositiva correspondiente.

    De hecho creo que ya se hace al igual que con los minusválidos.

    La decisión final sigue correspondiendo al empresario.

    No pido en definitiva forzar la igualdad sino inducirla.

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  5. "lo que planteo es que el empresario a la hora de dedicir, no tenga motivos para decidir en función del sexo. De ahí habría que ir baremando cuanto cuesta compensar el coste que para una empresa pueda suponer contratar a una mujer (que se puede quedar embarazada) frente a un hombre y aplicar la reducción impositiva correspondiente."

    Eso no funciona y los hechos me remito. Ese tipo de políticas han existido desde hace mucho tiempo, sin mayor exito. El problema es que, por muchas subvenciones que le des a un empresario, el hecho inherente es que si una mujer se queda embarazada significa que tendrá que buscarle un/una subtituto/a e incluso adaptarle el puesto, con el consiguiente quebradero de cabeza que eso lleva. No es cuestión de dinero, sino de efuerzo y dedicación. Esfuerzo y dedicación que un hombre no necesita.

    Si, ya sé, los hombres también se ponen enfermos, tienen hijos y necesitan sustitución. Pero, todas esas cosas son equiparables a la mujer. En la mente de un empresario hay un trabajador que en algún momento PUEDE necesitar algún tipo de atención y otro que no necesitará NUNCA esa atención. No importa cuanto le pagues por uno u otro, la diferencia siempre estará ahí.

    Y en puesto directivos está el problema de las relaciones sociales. Cuando una mayoría de directivos hombres decide elegir a un colega prefiere a un hombre; no por temas de embarazo, no por temas de dinero o capacidad sino porque consideran que con un hombre podrán soliciarse mejor: podrán hacer ciertas bromas, alusiones, tener ciertas actitudes,... estar más "relajados" en definitiva. Desde su punto de vista, un mujer en la junta directiva es una fuente de "tensión". Creen que tienen que medir cada palabra para no hacer nada para ofenderla o molestarla.

    Es la típica actitud de un sujeto del "mainstream" con la clase marginada. Entra un negro en un bar y como no quieres mostrarte racista, no sabes si mirarlo mucho o no mirarlo. El hecho de que te lo tengas que plantear es lo que provoca el conflicto.

    Suena bastardo pero es así.

    Por tanto, si una mujer quiere superar todas las limitaciones anteriores necesita estar mucho más preparada que un hombre y eso choca con vuestra idealización:

    "lo lógico es pensar que en esa junta deben estar todos aquellos más capacitados, sean hombres o mujeres."

    No sé si lo de las cuotas es bueno o malo, lo que sí sé es que el problema no se va a arreglar sólo.

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  6. Quizá sea porque debido a la crisis económica que padecemos hay mujeres con tales cargas familiares que les impiden escoger los puestos de trabajo mejor remunerados...

    un saludo.

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