martes, 16 de junio de 2009

Los sondeos pervierten la democracia

Las encuestas electorales son un método por el cual se conoce la intención de voto de un pueblo. Es decir, estas sirven, en cierto modo para prever cual va a ser el resultado de una próxima eleccion.

En segundo lugar las encuestas informan a los gobernantes de si sus actuaciones le están llevando a aumentar apoyos o a restarlos. De esta manera pueden ser vistas como un buen indicador para saber la direccion que deberían tomar las políticas.

Pero las encuestas electorales, aquellas que predicen los resultados de las elecciones en términos de asientos en un parlamento, también tienen desventajas que se deben conocer y cuestionar.

En primer lugar y el más evidente. Son perfectamente manipulables. Las encuestas pueden ser modificadas o condicionados sus resultados con un interés o fin oculto. Normalmente perdurar en el poder, mantener una política impopular o justificar una determinada decisión.

Y en segundo lugar y un poco más sutil, condicionar el mal llamado voto útil. Que duda cabe que el sistema electoral, como está concebido ahora, deja irremediablemente fuera a determinadas formaciones por ser demasiado pequeñas para alcanzar representación.

En la medida en que una encuesta informa a los votantes de cual es la tendencia general del voto, estas pueden influir, por si solas a reafirmar o cambiar el voto.

- Reafirmarlo en el caso de votantes fieles o afines a un partido que ven que va a ser elegido
- Cambiarlo para votantes que ven o presienten que su formación afin no va a ser elegida. Cambian pues el sentido del voto hacia una formación con más posibilidades de poder llegar a representarles.

Vemos pues que las encuestas, a parte de ser susceptibles de ser manipuladas, pueden también distorsionar, aunque estén bien hechas, el sentido final del voto. Esto inherentemente me lleva a la siguiente reflexion. ¿No estaremos quizás con ello, reforzando lenta pero inexorablemente un sistema bipartidista? Si yo votante afin de un “tercer partido” visualizo en una encuesta que mi partido no va a obtener representación, por vicisitudes del sistema, estaré probablemente tentado no a elegir la formación con la que siento más afinidad, sino a elegir la menos mala de las formaciones con posibilidades de obtener representación.

¿No es esto al fin y al cabo una perversión de la democracia? ¿No se trata de elegir al que más nos representa?

Valga la ironía, pueden opinar a través de la siguiente encuesta:


Un saludo

1 comentario:

  1. Desgraciadamente, Carlos, me parece que la campaña electoral que han hecho la han hecho a propósito. Éste es el interés que también tienen ellos en las elecciones europeas. Además, la campaña ha sido hecha para el grueso de la población, la que se ve con las encuestas. Votantes inteligentes cada vez hay menos.

    No te preocupes, que saben perfectamente lo que hacen. Que eso nos vaya a beneficiar, eso está por ver.

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