Sometidos como estamos al gobierno de la información, los medios de masas tienen cada vez más la capacidad de condicionar nuestras vidas, de manipular nuestras ideas y comportamientos.En el campo ideológico no estamos a salvo tampoco de este condicionamiento. Los medios por razones economico-políticas tienden a manipular y tergiversar la información política en interés propio. Asi, es posible visualizar, con cierto entrenamiento, la ideología que se esconde detrás de un medio.
No hay pues, medios imparciales o neutrales. Cierto es que la imparcialidad absoluta es imposible. Pero sí que es verdad que hay unos medios que son, relativamente hablando, más imparciales que otros.
Pero por diversos motivos no todas las personas cuentan con la formación adecuada para lograr detectar la manipulación, ni todos son capaces, ni siquiera los más formados, de distinguir siempre la información veráz, de la información manipulada o interesada.
Se hace necesario entonces dotar a los medios de una medida que los limite y les evite las tentaciones de la manipulación. Una especie de número o coeficiente de imparcialidad informativa de manera que, cuando una persona se informe a través de cualquier medio sea capaz de saber en que grado se va a encontrar información neutral.
¿Cómo establecemos esos coeficientes?
Quizás sea lo más dificil de implantar, por mucho que la intencion sea buena. Los propios medios pueden tener interés en lograr controlar esos índices, por lo que otorgar esa responsabilidad a una agencia independiente puede ser peligroso.
Lo mejor sería probablemente dejar en manos de los lectores habituales de los medios la valoración de lo que ven, leen y escuchan. ¿Todo el medio o noticia por noticia? La metodología de valoración de los medios debería estar clara desde un principio y no inducir a errores, algo harto complicado.
Pero dejando a un lado estas cuestiones, quizás sería bueno que los propios medios se autoregularan, se dotaran de las herramientas necesarias para que puedan ser valorados por sus seguidores.
De esta manera, aunque ciertamente no evitaríamos la manipulación, reduciríamos su impacto y dotaríamos de un ojo más crítico a los informados.
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