domingo, 20 de septiembre de 2009

¿Se puede considerar el IVA un impuesto social?

Como ya sabrán la mayoría de los españoles, el gobierno pretenden subir en breve los impuestos para compensar el enorme déficit que arrastran las cuentas públicas.

En si mismo es algo lógico que se suban los impuestos, pues la otra alternativa, reducir el gasto público, puede llevar, en casos extremos, al recorte de determinadas políticas sociales garantes de la igualdad de oportunidades.

Pero subir los impuestos no siempre se puede tomar como algo "social" lo mismo que tampoco se puede considerar los recortes de gasto, como algo "liberal", pues hay una serie de gastos suntuarios que ni en tiempos de bonanza, ni mucho menos en tiempos de crisis, deberían darse.

Esto es especialmente llamativo en el caso del funcionariado. Hace poco salió la noticia de que la Junta de Andalucía había decidido sustituir el privilegio de los funcionarios de justicia de poder tomar taxis para entregar citaciones judiciales. Ahora en lugar de ello y para ahorrar deberán tomar el autobús. Esta medida es de recorte de gasto, pero se puede considerar un recorte beneficioso en términos sociales.

Al igual que esto, no todas las subidas de impuestos se pueden considerar progresistas o regresivas. Hay determinados impuestos cuya carga se reparte de forma más equitativa que otra.

Por ejemplo, el caso del impuesto de la renta (IRPF) se podría denominar como uno de los impuestos más progresivos. Como saben este impuesto está en virtud de los ingresos que cada persona recibe. Cuanto más gana uno, más porcentaje de lo que gana debe pagar.

Si por ejemplo una persona que gana 20.000 euros al año debe pagar un 5% en IRPF (unos 1.000 euros) una persona que gane el doble (40.000 euros) deberá pagar más de ese 5 %, por ejemplo un 8% (lo cual supone pagar 3.200 euros, más del doble que el que gana 20.000).

Otros impuestos pueden considerarse regresivos. Es el caso de las cotizaciones a la seguridad social, cuyos pagos tienen unos topes máximos y mínimos que hacen que la carga tributaria no se reparta homogéneamente siquiera).

El caso del IVA es especial. El IVA o Impuesto del Valor Añadido grava el consumo. Cuanto más consume una persona, más paga. Pero este impuesto es constante. Si pagas 1.000 euros por un televisor, pagarás 200 euros de IVA, si pagas 2.000 pagarás exactamente el doble (400 euros).

En terminos de consumo es proporcional (por lo tanto podría considerarse un impuesto neutral). Pero en terminos de renta el impuesto es regresivo. ¿Por qué? Porque no tiene en cuenta lo que gana una persona a la hora de cobrarle (al contrario que el IRPF que sí lo tiene).

Lo que se hace en España y en muchos países para compensar esa especie de regresividad del impuesto es crear un IVA reducido (en España es del 7%) e incluso un superreducido (aqui un 4%) para bienes de consumo básicos y de primera necesidad respectivamente. Se podría considerar en este caso el IVA normal (aqui un 16%) como un IVA para bienes de lujo.

Asi pues y escudandose en esta distribucion pseudoprogresista del IVA el gobierno español planea una subida del tipo máximo del IVA de un 16 a un 18% segun las informaciones de los medios.

¿Por qué se hace esto y no se sube el IRPF? La lógica ideológica nos diría que un gobierno socialista debería velar por una distribución de la imposición más progresista, pero lo cierto es que el PSOE hace tiempo que renunció a las políticas sociales en pro de un mayor pragmatismo y eficacia electoral. Dicho de otro modo lo que el gobierno busca ya no es tanto seguir sus convicciones ideológicas como conseguir mantenerse en el poder (algo que hacen todos los partidos).

Y el hecho inherente es que la capacidad recaudatoria del IRPF no es igual que la del IVA. El IRPF grava en teoría de forma muy progresiva, pero en la práctica y por culpa de la evasión fiscal el peso mayoritario de la tributación recae esencialmente en la clase media.

Además de que el efecto defraudatorio (cuanto más aumenta el tipo más crece el fraude) hace que la recaudacion no crezca tanto como lo que en teoría debería aumentar.

En cambio el IVA tiene una gran capacidad recaudatoria, pues es poca la cantidad de IVA que a lo largo del año se puede llegar a defraudar (comparativamente con el IRPF).

¿Subir el IVA máximo una medida social? En teoría no, en la práctica es posible que sí. Moralmente es inaceptable.

Me explico. Subir el IVA máximo hará que aquellos bienes de consumo (considerados de lujo) suban de precio. Para la gran mayoría de las economías familiares esta subida podría considerarse insignificante.

Imaginemos una familia que gana 20.000 euros al año y que solo consume bienes que tributan al IVA máximo, un 16%. Esto quiere decir, que si gastan todos sus ingresos en consumir pagarán:

17.241 euros en consumo verdadero
2.759 euros en impuestos de IVA. (un 13,8 % del total que ingresan)

Con una subida tributaria, del 16 al 18:
16.949 euros de consumo
3.051 euros en IVA (un 15,2% de lo que ingresan)

¿Que quiere decir esto? Que dada la subida de impuestos podrán consumir un 1,7 % menos de lo que lo hacían antes.

Esto es un caso extremo. Recordemos que todo lo que ingresamos no lo consumimos todos ni que lo hacemos en bienes de tipo máximo. Por lo que el efecto será menor dependiendo del consumo y del ingreso.

Cuanto más ingresa una familia, más ahorrará por lo que deberá dedicar menos parte de su renta a consumir y por tanto menos a pagar impuestos de consumo.

Y al contrario, cuanto menos ingresa una familia, menos IVA máximo pagará, por aquello de que las clases bajas consumen una parte proporcional mayor de bienes de primera necesidad. Por tanto las familias más pobres no verán afectadas su renta y seguirán dedicando la misma parte a IVA que lo hacían antes.

Por tanto vemos que el IVA tiene un efecto progresivo desde las clases bajas a las medias y un efecto regresivo de las clases medias a las altas.

Teóricamente habíamos visto que es un impuesto regresivo en renta, en la práctica una subida tiene un ligero efecto progresivo y regresivo simultaneamente. Dado que la clase predominante es la media se podría argumentar (una argumentacion perversa, desde luego) que subir el IVA máximo es progresivo en la práctica.

Pero moralmente es inaceptable. Subir la impuestos que afectan más a la clase media, pues es esta la que menos capacidad de escapatoria tiene ante la tributacion puede ser todo lo progresivo que queramos, pero es moralmente injusto. ¿Por que? Porque no podemos aceptar sin más, que las clases altas puedan eludir impuestos sin que tomemos medidas. Ni que renunciemos a los ingresos que estos puedan aportar porque creamos que el efecto recaudatorio vaya a ser mínimo.

De hacerlo estaríamos creando en la práctica 3 clases sociales en términos tributarios:
Los evasores (o clase alta)
Los sostenedores (o clase media)
Los indefensos (o clase baja)


4 comentarios:

  1. Me parece un artículo totalmente brillante. Enhorabuena. Espero que sigas perseverando en esta línea argumental. Un saludo.

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  2. No dudo que hay muchísimo gasto que es superfluo y que quizás recortando ese gasto se podría evitar una subida de impuestos.

    Pero luego hay una serie de servicios públicos que funcionan que es una pena. Puede que en parte sea un problema de mala gestion pero por otra tengo la sensacion de que es falta de dinero.

    Respecto a la evasion de impuestos, totalmente de acuerdo. Siempre se carga los impuestos a los mismos mientras que muchos de los que sí podrían aportar mucho más no se hace ni el esfuerzo de intentar recaudar lo defraudado.

    Dicen que no es rentable perseguir el fraude fiscal en determinados estratos y por eso no lo hacen. A mi me da igual que gasten más de lo que lleguen a ingresar pero quiero que estos sinvergüenzas también paguen sus impuestos correspondientes.

    Saludos

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  3. Pienso lo mismo que Tremen. Una de las primeras cosas que tendría que hacer el gobierno es dar la sensación de que todo el mundo paga impuestos y de forma progresiva. Y eso no es cuestión de si es rentable o no, es que se tienen que pagar impuestos y punto. Y por otro lado hay que incrementar la eficiencia de los servicios para que disminuya el gasto público en fugas descontroladas. Pero claro, ahí volvemos al problema de siempre: Una administración eficiente es una administración en la que cada cual tiene una responsabilidad bien definida. Y como la palabra "responsabilidad" provoca urticaria en nuestros políticos, pues claro, mejor se quedan las cosas como están.

    utilicemos esta sencilla ecuación matemática:

    si administración = irresponsabilidad

    y desorden = irresponsabilidad

    entonces administración = desorden.

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