Nuevos productos:
Anteriormente, hemos remarcado que podemos atraer a trabajadores del propio país y de otros para trabajar en nuestras empresas, que han creado nuevos mercados en países en desarrollo. Esto da la posibilidad de una mayor diversificación de los productos, de buscar productos nuevos. Estas posibilidades de diversificación se encuentran respaldadas por el dinero obtenido en estos nuevos mercados, en los que podemos ser un monopolio prácticamente, sin cabida a la competencia por la fidelidad de nuestro público, acentuada si les ofrecemos un buen surtido de productos que puedan necesitar o desear. Estos nuevos productos cuentan, reitero, con solvencia económica para ser abordados y con mano de obra. ¿Cuáles serán esos nuevos productos?
Estos nuevos productos no son sólo nuevos derivados de los productos tradicionales, sino productos de gran difusión en estos países en vías de desarrollo, que no han llegado a salir de ellos. Su obtención industrial, su elaboración y difusión tiene éxito garantizado en estos países, pero también en Europa, sobre todo. La inmigración, familias que llegan a tener hasta tres o cuatro generaciones consecutivas en un país europeo, con arraigo europeo, siguen echando de menos esos productos tradicionales de su tierra de origen. Sucedáneos, productos llegados con cuentagotas irregularmente... han ayudado a añorar esos precisos productos y mantenerles abierto un mercado. Un buen lanzamiento de estos productos a un mercado europeo general puede contar con un gran apoyo y aceptación. Presentaciones a través de acciones de intercambio cultural, a través de presentaciones y promociones en grandes superficies y supermercados además de en asociaciones culturales, pueden ayudar a afianzar estos productos en el mercado. Esto tiene también otros efectos.
Las acciones de promoción a través de la integración socio-cultural pueden ser un fuerte atractivo. Su aplicación pude atraer a un público sensibilizado, además de a curiosos. Estos curiosos pueden quedar atraídos, como poco, por lo que acaban de experimentar. En todo caso, este público puede preferir a quien le ofrece estos nuevos productos, a quien fomenta la integración de la sociedad, a aquellos que carecen de ciertos productos que ellos necesitan e ignoran estas políticas de convivencia.
En el campo de los países en desarrollo, se pueden conseguir nuevamente prácticos monopolios en la obtención de los nuevos productos, se puede conseguir que muchas explotaciones que traten de explotar a sus trabajadores sean abandonadas por estos, sin más remedio. Estas explotaciones pueden ser retomadas con condiciones laborales más favorables, pero por empresas de la confianza de los trabajadores, esencialmente, las iniciadoras de este tipo de políticas. Los gobernantes de estos países pueden enriquecerse más a través de los impuestos pagados por su población que a través de los sobornos de los deslocalizadores, pero, además, de forma más estable, son mejor vistos por todos. Esto les puede suponer hacer gastos en infraestructuras, pero siempre en vistas a obtener una mayor rentabilidad y reconocimiento de sus conciudadanos. No olvidar que los monopolios así obtenidos son inquebrantables, pues se puede conseguir que la población sólo tenga total confianza y fidelidad en la empresa o las empresas que iniciaron esta política, siendo imposible que confíen en cualquier otro, poniendo estas empresas al servicio de sus trabajadores, dentro de los límites aconsejables siempre. Estos monopolios pueden tener su final, según veremos.
El final lógico de estas situaciones de monopolio llegará, pero nunca en una situación inicial de implantación, que dará gran poder a las empresas que tomen esta iniciativa. Serán los cambios lógicos de la política de la empresa, las ofertas mejores de la competencia tras un prolongado periodo de estabilidad, lo que puede introducir a esta competencia. Los cambios de política o la peor adaptación de esta a las necesidades de loe trabajadores, puede provocar descontento. Aprovechando este descontento, la competencia puede abrirse paso. De la misma manera, se abrirá paso la competencia aún sin el descontento, cuando ofrezca algo ventajoso y diferente. Para esto, es preciso que se olviden ciertos agradecimientos que estarán muy presentes en una implantación inicial de esta política. Cuando esto se pueda producir, las empresas que iniciaron esta política pueden ser las únicas que se puedan hacer la competencia entre sí. Estos monopolios en mercados muy parecidos a los de los países desarrollados, puede llevar a estas empresas a un dominio mundial de los mercados en sí. Estas empresas serán prácticamente las únicas que puedan ofrecerse competencia seria en sí. Otra competencia puede surgir en empresas incipientes, pequeñas y medianas empresas innovadoras o que satisfacen nichos del mercado. Estas empresas pueden tomar poco a poco el relevo de las grandes y estas se pueden dividir en otras según los servicios que ofrezca cada una de ellas, división de las grandes empresas en holdings. Esto puede asegurar un bienestar económico social por la existencia de cierta competencia.
Realizado por M.a.r.c.
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