miércoles, 11 de julio de 2007

La movilidad laboral: ¿cómo con estos precios?

Si entras en infojobs o en cualquier otro portal de empleo, encontrarás que la mayoría de las ofertas de trabajo tienen como requisito imprescindible que seas residente en la provincia donde se encuentra el puesto vacante. Por lo tanto, si no eres de la provincia y te interesa la oferta, tendrás que trasladarte allí para poder optar al puesto de trabajo. Es lo que nos han inculcado desde jóvenes, que para poder trabajar no nos ha de importar cambiar de ciudad de residencia, que tenemos que ser flexibles, y por tanto tener movilidad laboral.

Pero claro, si muchas personas optan por el mismo puesto de trabajo, las empresas para hacer criba, empiezan por descartar aquellas candidaturas que no tienen todavía fijada su residencia en esa provincia. Por lo que a pesar de que tengas un currículum excelente, si no eres de allí, da igual que estés dispuesto a trasladarte en cuanto tengas el contrato firmado, cogerán antes a un residente.

Siguiendo esta lógica, el siguiente paso para poder optar a ese puesto de trabajo en otra provincia, es trasladarse a ella antes incluso de tener ningún contrato, es decir, compra o alquila una vivienda en esa zona, pon esa dirección en el currículum y echa ofertas esperando a que te llamen para un puesto de trabajo antes de que las cuotas de alquiler acaben con tus ahorros.

Ante esta situación, al joven parado se le plantean dos cuestiones: la primera es seguir viviendo en la misma provincia con sus padres, y vivir con ellos mientras busca un trabajo solo allí, porque su residencia le descarta para presentarse a cualquier oferta de trabajo fuera de ella. La segunda es tirar de ahorros, mudarse a otra ciudad y lanzarse a la aventura buscando trabajo, y mientras lo encuentra pagar cuotas de alquiler desorbitadas y fuera de presupuesto.

Pero si no tienes ahorros... ¿entonces qué? Bien, pues queda aceptar cualquier trabajo basura para ir tirando, así hasta que ahorremos lo suficiente para poder iniciar la aventura en otra ciudad. Y aún esa aventura puede salir muy cara si no ganas lo suficiente para comer y pagar el alquiler.

En definitiva nos encontramos ante una situación difícil de resolver. Dicen que el mercado laboral español no es nada flexible, y que eso se debe a que nuestra cultura nos hace muy apegados a nuestra tierra y que no queremos movernos del lugar donde nacimos. Es cierto, nos gusta estar cerca de nuestra familia, pero también lo es que cuando no nos importa aceptar trabajos en lugares fuera de nuestra provincia, el mercado laboral ya introduce hándicaps, como la obligatoriedad de estar ya residiendo en la provincia cuando se solicita el puesto. Por otro lado, aun aceptando que hay que mudarse antes de buscar trabajo con los riesgos que eso conlleva, los desorbitados precios de alquiler que existen en las provincias donde se oferta más trabajo, hacen que el porcentaje de personas capaces económicamente de afrontarlo disminuya drásticamente.

Es decir, tus padres tienen que tener dinero para que puedan pagarte el alquiler hasta que encuentres una ocupación en esa zona. Pero si no dispones de padres o parientes que te financien, entonces has de optar por un trabajo basura para poder pagar alquiler y manutención mientras buscas, en el poco tiempo que te queda un puesto decente.

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